Respetar los contornos, las líneas y las expresiones del rostro, estudiar su volumetría, optar por un gesto más ligero, verdaderamente a medida, asociado o no a técnicas médicas, para el resultado más natural posible: este es el saber hacer francés.
Pocos pacientes que envejecen afirman verse veinte años más jóvenes. Lo que quieren sobre todo es parecer menos cansados, menos tristes.
El principio es, pues, “restaurar un rostro armonioso, natural, descansado, que respete la personalidad de cada uno.
Los años conducen a la pérdida de volumen ya un aflojamiento de las facciones. El estudio de la volumetría del rostro es fundamental en este sentido.
Podremos modificar los volúmenes gracias a la inyección de injertos de grasa autóloga (transferencia de grasa extraída del paciente), pero también a la inyección de rellenos reabsorbibles sin olvidar los tratamientos tópicos para actuar en la parte externa.