¿Sabías que se obtuvo la primera autorización de comercialización de la toxina (Botox) para el estrabismo?
Centrarse en la explicación proporcionada por el Doctor Christophe Desouches, cirujano estético en Marsella.
Fue el Dr. Alan Scott quien, en 1978, utilizó por primera vez clínicamente bótox para tratar el estrabismo. Posteriormente, el Dr. Scott extendió su uso al nistagmo, espasmo hemifacial, retracción palpebral, tortícolis y espasticidad de las piernas.
El uso de Botox se extendió luego a otras patologías oftalmológicas (blefaroespasmo, oscilopsia, tarsorrafia medial, hipersecreción lagrimal), a muchas distonías focales (tortícolis espasmódica, calambre del escritor, distonía oromandibular, distonía laríngea), espasticidad (tras ictus, esclerosis múltiple, parálisis), movimientos anormales (temblor de paladar blando, cabeza, miembros mioclónicos, tics) y migrañas.
También se ha demostrado su eficacia en diversas afecciones gastroenterológicas (disfagia, acalasia, estenosis hipertrófica de píloro, estenosis del esfínter de Oddi, enfermedad de Hirschsprung, fisura anal, hemorroides, proctalgia) y urológicas (vejiga hiperactiva, disinergia vesicoesfinteriana).
En 1987, Jean y Alistair Carrurthers notaron una disminución de las líneas de expresión con la toxina botulínica después de tratar a pacientes con distonía facial.
Desde 1990, el inyecciones de bótox se utilizan con éxito y de forma exponencial para el tratamiento de las arrugas de expresión en particular del tercio superior del rostro.
La primera observación del efecto de la toxina botulínica sobre el sudor fue descrita en 1880 por Justinus Kerner, quien notó una disminución de la sudoración en pacientes con botulismo.
La toxina botulínica es el tratamiento de elección en el manejo del tercio superior de la cara.
Hoy en día, la toxina botulínica es el tratamiento de elección en el manejo de las líneas del entrecejo, las patas de gallo y las arrugas de la frente. Reposiciona la ceja y levanta la cola.