Confinado por el coronavirus, el planeta deberá cambiar sus hábitos diarios durante unas semanas. Se acabaron las salidas y las compras, es hora de leer, cocinar y otras actividades para hacer en casa.
Estas restricciones no impiden la actividad física en el hogar.
En un mundo cerrado y finito como lo podían concebir los filósofos antiguos y en particular Aristóteles, la perfección física e intelectual es sinónimo de correspondencia con la naturaleza y su orden.
Así, el ejercicio físico que te permita estar en buena forma y con buena salud es totalmente recomendable, pero con una cierta ponderación relativa a los límites naturales. La actividad corporal debe responder a un equilibrio y “no debe practicarse en detrimento de otras disciplinas.
El ejercicio físico, como recomendaban los antiguos, era sobre todo para permitir una elevación moral beneficiosa para la ciudad. Y en este sentido practicar deporte con moderación, como nos vemos obligados a hacer en este período, también nos permite ser más virtuosos para la sociedad.
En definitiva, el confinamiento es una oportunidad para practicar deporte de otra forma.