Los hombres también están sujetos a mandatos sociales vinculados a su género. Virilidad, fuerza, incapacidad para expresar sus sentimientos… No siempre es fácil ser hombre.
No hay nada intangible en la identidad masculina: ¡no naces hombre, te conviertes en uno!
Recientemente, la imagen del varón vacilaría; nada está trastornado, nada está en crisis, pero un cambio señalaría tímidamente con la punta de su nariz: algunos hombres se apropiarían de características hasta ahora percibidas como poco viriles, tendrían el deseo de involucrarse más profundamente con sus hijos, aspirarían a verdadera igualdad...
En cualquier caso, la masculinización está dirigida a hombres que quieren un rostro más viril, rasgos más angulosos para al final un carácter más pronunciado.